Régimen fronterizo

La construcción y ampliación de las instalaciones fronterizas tenía un objetivo: evitar que los ciudadanos de Berlín Oriental y de la RDA pasaran la frontera hacia Berlín Occidental. De modo que los controles estaban orientados hacia el interior, es decir, contra su propia población. Esto era lo que distinguía estas instalaciones fronterizas de otras.

La franja de la muerte, cubierta de arena, estaba iluminada por proyectores de luz instalados en mástiles de gran altura. Gracias a la arena se podían distinguir las huellas de posibles fugitivos. Las farolas constituían la delimitación del puesto fronterizo. Los soldados fronterizos que traspasaban esta línea sin aviso previo eran sospechosos de haber cometido un intento de fuga. Delante de la así llamada franja de control, transcurría el “camino de patrullaje” para los automóviles de patrulla y suministros. Los vehículos podían alcanzar este camino asfaltado pasando a través de las puertas de entrada del muro interior. Otro elemento de las instalaciones fronterizas lo constituían las torres de vigilancia, situadas delante del camino de patrullaje. Estas torres estaban organizadas en grupos y coordinadas por un centro de comando. Delante de la línea de torres de vigilancia solían haber zonas de vigilancia canina u otros obstáculos. Y delante suyo, a su vez, se encontraba la valla eléctrica con alarma, que al mínimo contacto hacía saltar la alarma.

En Berlín, a diferencia de en otros segmentos de la frontera entre la República Federal de Alemania y la RDA, no se instalaron mecanismos de disparo automático ni minas.

Como primera barrera arquitectónica en Berlín Oriental, se erigió el muro interior, en cuyo recorrido quedaron incluidos edificios, muros cortafuegos y ciertos muros de fábricas. Por ello, este muro no se percibía en Berlín Oriental como una estructura única y uniforme, pese a que marcaba el inicio de la franja fronteriza que tenía entre cinco y varios cientos de metros de ancho.

Pero delante de esta primera barrera, existían muchas otras instalaciones de seguridad y una así llamada “zona fronteriza”, a la que solamente se podía acceder con un permiso especial.